Un frío que recorre toda la casa
que desvía la mirada de lo alegre,
que solo se enfoca en un lecho de muerte
que ensombrece cada respiro que proviene de ese cuarto
Un desgano que se siente hasta los huesos
unos huesos que desean quebrarse
un aire que ya no desea ser respirado
unos ojos ensombrecidos, atónitos,
una mirada que no mira...
Y una impotencia que desespera
un no saber qué hacer o qué decir
una incredulidad pasajera
un foco que se prende y se apaga
solo ante visitas pasajeras
Una paciencia forzada
unas lágrimas que se derraman
y que son ocultadas a su mirada
esa mirada que ya no mira nada
y esa boca que ya no dice nada
y solo escupe el intento débil
pero no creíble de quedarse
Ese intento que va más allá que aquí
y esa impotencia que está más aquí que allá...
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