La lágrima se ahoga en tu garganta, creando un nudo de horrible sabor,
y cuando no lo aguantas más, corres a un lugar donde nadie te vea, para poder dejar que tus ojos se inunden un poco,
el pañuelo las seca, te arreglas un poco y sales con la cabeza en alto, y el corazón lastimado aún...
Esperas que nadie se haya dado cuenta de tu debilidad, pero alguien sí lo hizo...
Y tratas de evitar su mirada que cruza directamente hacia tí, con interrogaciones en las pupilas
Ya todos se van, no hay nadie de quien esconderse, y ella aprovecha para poner en palabras las cuestiones.
Lo niegas, porque te avergüenzas de tu dolor
pero ella te abraza, te brinda su hombro para que puedas desahogarte...
Y terminas derrumbándote, sacando todo lo que te lastima, como una verborrea que agriaba tu sangre
Ella solo escucha, y entiende. No es necesario que ella diga nada, sabes que te entiende,
porque sabes que se parece mucho a tí, y que tal vez tú eres como eres, gracias a ella
Y
encuentras consuelo en su abrazo, en sus palabras, que aunque a veces
no son las mas acertadas, lo importante es que se tomó la molestia de
decírtelas, de pensarlas y dejar que el corazón hable.
Te das cuenta que ella también necesitaba un abrazo, un "te quiero"
tan
solo eso. Ella tan cercana, y tu tan ignorante de su dolor. Pero ella
tan cercana, y no pasa por alto tu dolor, al menos no tan a menudo.
Es
ella tu apoyo, con quien siempre puedes contar. con quien te desquitas
muchas veces, pero quien te llena, el momento menos pensado.
Es ella, mi madre
Busca en las Ganas de Volar
domingo, 21 de abril de 2013
lunes, 15 de abril de 2013
El náufrago
Varado en una tierra lejana,
busca volver a casa, con sus seres queridos, pero las diferentes circunstancias se lo impiden.
Y a ratos llega una luz de esperanza, que te dice que con eso volverás, pero todo se trunca, destrozandote el corazón...
Quién es el náufrago?
En estos momentos tú estás atrapado lejos, atrapado allá sin poder volver,
pero entonces cómo es que siento que en realidad soy yo la que he naufragado?
sigo en mi hogar, en mi ambiente, con la gente que conozco y quiero,
pero me siento varada, extraña
podría escribir un diario de naufragio
iría así:
día 9: he empezado a alucinar con que estás a mi lado, y que yo respiro de tu piel, que te hundes en lo oscuro de mi almohada, mientras me refugias en tus brazos de esta tormenta
día 10: me desespero por hacer algo para verte. Hasta me siento culpable por no poder hacer nada. Trato de buscar una solución, la cual obviamente no encuentro. Solo queda esperar...
Y así podría seguir, hasta que tú me encuentres...
Y no te digo que sin tí no hay mundo. Sí lo hay, sí hay alegría por cosas mínimas, tal como al náufrago le alegra el día encontrar frutas, o empezar a hacerse amigo de una pelota. Así yo también encuentro alegrías, pero siempre queda la esperanza, a veces alentadora, a veces hiriente por su tardanza, de volver a mi hogar. Tú eres mi hogar...
Y sería diferente si desde un principio hubieras planeado que este viaje sea así de largo, porque yo me habría preparado para no verte, y lo hubiera aceptado. Pero esto no estaba planeado, y me angustia la incógnita de cuándo vuelves a casa...
O sería diferente que te sienta lejos porque hayamos terminado, porque sabría que ya no tendría que esperarte, y me resignaría a sobrellevar mi dolor, para finalmente superarlo y superarte...
Pero la situación es otra... tal vez algo patética, tal vez algo exagerada, tal vez algo que solo los enamorados entendemos... todo un naufragio subjetivo
busca volver a casa, con sus seres queridos, pero las diferentes circunstancias se lo impiden.
Y a ratos llega una luz de esperanza, que te dice que con eso volverás, pero todo se trunca, destrozandote el corazón...
Quién es el náufrago?
En estos momentos tú estás atrapado lejos, atrapado allá sin poder volver,
pero entonces cómo es que siento que en realidad soy yo la que he naufragado?
sigo en mi hogar, en mi ambiente, con la gente que conozco y quiero,
pero me siento varada, extraña
podría escribir un diario de naufragio
iría así:
día 9: he empezado a alucinar con que estás a mi lado, y que yo respiro de tu piel, que te hundes en lo oscuro de mi almohada, mientras me refugias en tus brazos de esta tormenta
día 10: me desespero por hacer algo para verte. Hasta me siento culpable por no poder hacer nada. Trato de buscar una solución, la cual obviamente no encuentro. Solo queda esperar...
Y así podría seguir, hasta que tú me encuentres...
Y no te digo que sin tí no hay mundo. Sí lo hay, sí hay alegría por cosas mínimas, tal como al náufrago le alegra el día encontrar frutas, o empezar a hacerse amigo de una pelota. Así yo también encuentro alegrías, pero siempre queda la esperanza, a veces alentadora, a veces hiriente por su tardanza, de volver a mi hogar. Tú eres mi hogar...
Y sería diferente si desde un principio hubieras planeado que este viaje sea así de largo, porque yo me habría preparado para no verte, y lo hubiera aceptado. Pero esto no estaba planeado, y me angustia la incógnita de cuándo vuelves a casa...
O sería diferente que te sienta lejos porque hayamos terminado, porque sabría que ya no tendría que esperarte, y me resignaría a sobrellevar mi dolor, para finalmente superarlo y superarte...
Pero la situación es otra... tal vez algo patética, tal vez algo exagerada, tal vez algo que solo los enamorados entendemos... todo un naufragio subjetivo
domingo, 14 de abril de 2013
Tiempo, distancia y clima
Cuando el cuerpo del otro marca tu mejor suerte
porque para tí suerte es estar con él, suerte es vivir a su lado, suerte es ser suya, y él tuyo...
y eso influye en tí, en lo que pasa alrededor
suerte lleva su nombre...
Y cuando está lejos...
sientes que te falta algo, sientes que se llevaron tu suerte
Y eso no importa, porque te duele más la parte del alma que te falta cuando él se va...
pero necesitan suerte para volver a reunirse...
Uno lleva a lo otro.
y sin uno no hay el otro...
qué hacemos?
Tú estás allá y yo acá, sintiendo mi alma desgarrada, extrañándote demasiado,
como si los kilómetros que nos separan me estuvieran estrujando el corazón...
y el tiempo pasa así, ignorante de todo, sin saber lo pesado que se siente
el sol no brilla, sino que sucumbe ante la lluvia, y eso marca nuestra separación...
parece que el clima protesta por tu ausencia, sin saber que al hacerlo te mantiene más tiempo alejado...
tiempo, distancia, clima... un trío de los mil demonios, que no hacen nada más que existir y manifestarse, mientras tu no te manifiestas en mi lecho, mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas ante este vacío que siento por tu ausencia y ante la preocupación de que se prolongue más...
Hoy quiero aliarme con ellos...
quiero pedirles tregua, y pedirles que por favor te dejen volver a casa,
y que una vez que estés en mis brazos, protesten todo lo que quieran, si quieren pueden derribar el cielo sobre el suelo, pero yo ya estaré contigo, ya habré recuperado mi suerte, y mi alma estará completa... y no me importará nada más...
porque para tí suerte es estar con él, suerte es vivir a su lado, suerte es ser suya, y él tuyo...
y eso influye en tí, en lo que pasa alrededor
suerte lleva su nombre...
Y cuando está lejos...
sientes que te falta algo, sientes que se llevaron tu suerte
Y eso no importa, porque te duele más la parte del alma que te falta cuando él se va...
pero necesitan suerte para volver a reunirse...
Uno lleva a lo otro.
y sin uno no hay el otro...
qué hacemos?
Tú estás allá y yo acá, sintiendo mi alma desgarrada, extrañándote demasiado,
como si los kilómetros que nos separan me estuvieran estrujando el corazón...
y el tiempo pasa así, ignorante de todo, sin saber lo pesado que se siente
el sol no brilla, sino que sucumbe ante la lluvia, y eso marca nuestra separación...
parece que el clima protesta por tu ausencia, sin saber que al hacerlo te mantiene más tiempo alejado...
tiempo, distancia, clima... un trío de los mil demonios, que no hacen nada más que existir y manifestarse, mientras tu no te manifiestas en mi lecho, mientras las lágrimas resbalan por mis mejillas ante este vacío que siento por tu ausencia y ante la preocupación de que se prolongue más...
Hoy quiero aliarme con ellos...
quiero pedirles tregua, y pedirles que por favor te dejen volver a casa,
y que una vez que estés en mis brazos, protesten todo lo que quieran, si quieren pueden derribar el cielo sobre el suelo, pero yo ya estaré contigo, ya habré recuperado mi suerte, y mi alma estará completa... y no me importará nada más...
jueves, 11 de abril de 2013
Unos días, muchos minutos, unas cuantas eternidades...
Unos días, muchos minutos, unas cuantas eternidades...
los cuento, uno a uno, mientras éstos se van suicidando en el reloj
buscando llenarme con cosas diferentes, las cuales me distraen, pero siempre vuelvo a tí
y... es maravilloso
Extrañarte así, desearte a mi lado, añorar tus besos, tus caricias, tu piel...
extrañarte tanto aunque los números en el calendario no se distorcionen mucho, todo eso forma parte de este amor desbordante que tengo por tí.
Soñar con tu vuelta. Adelantarme un poco en el tiempo, o a veces retrocederlo, dejar que tu recuerdo juguetee con mi imaginación
Me llegan imágenes tuyas, de cosas que a cualquiera le parecen irrelevantes, pero que me sacan suspiros eternos. Y es maravilloso, porque esas imágenes no llegan los demás días del año, y esos suspiros sirven de placebo para dar continuidad a nuestra eternidad.
Es así que recordé cosas que pensé que ya había olvidado, como esa primera vez que deseé con todas mis fuerzas verte, y que fui más temprano a la U con la esperanza de encontrarte. Y allí estabas, de espaldas en las tienditas, mientras mi corazón daba brincos de alegría.
También recordé los zapatos que utilizaste ese día en el billar, o la libretita de tus apuntes que me mostraste para decirme que escribes al revés. Recordé nuestros rituales para vernos apenas salgamos de clases, y cómo corríamos a nuestras citas. Esas noches en la oscuridad... como se veía tu sonrisa...
Recuerdo el aroma de tu cuerpo ese día... y el chocolate blanco que compartimos apoyados en un árbol... el saltito histórico, las muchas veces que nos botaron del 5° piso, y el angelito que nos advertía. La bola de billar que entró por accidente, la sonrisa de luna, las rosas rojas, el helado de piña, la Fanta, el conejo de chocolate, el agua del Choro, las carreras de autos... tantas, tantas, tantas cosas que vienen a mi mente, en las que tú vives...
Sé que nuestro amor muta a cada ciclo, que no nos amamos de la misma manera que nos amábamos. Pero es por eso que nuestro amor perdura, porque no nos quedamos estancados ahí, porque sabemos que nos espera todavía muchas cosas por vivir.
Hoy te extraño, porque estás lejos, porque no podemos hablar, ni te puedo ver. Pero disfruto de este tiempo para recordarte, vivirte en mi recuerdo, acariciarte en mis sueños...
Así que tarda lo que tengas que tardar, yo estaré esperándote en nuestro universo, deshojando florecitas, mandándole besos a la luna para que te los entregue, saltando de estrella en estrella hasta llegar a tu camita, amándote con todo mi ser, amor de mis vidas...
los cuento, uno a uno, mientras éstos se van suicidando en el reloj
buscando llenarme con cosas diferentes, las cuales me distraen, pero siempre vuelvo a tí
y... es maravilloso
Extrañarte así, desearte a mi lado, añorar tus besos, tus caricias, tu piel...
extrañarte tanto aunque los números en el calendario no se distorcionen mucho, todo eso forma parte de este amor desbordante que tengo por tí.
Soñar con tu vuelta. Adelantarme un poco en el tiempo, o a veces retrocederlo, dejar que tu recuerdo juguetee con mi imaginación
Me llegan imágenes tuyas, de cosas que a cualquiera le parecen irrelevantes, pero que me sacan suspiros eternos. Y es maravilloso, porque esas imágenes no llegan los demás días del año, y esos suspiros sirven de placebo para dar continuidad a nuestra eternidad.
Es así que recordé cosas que pensé que ya había olvidado, como esa primera vez que deseé con todas mis fuerzas verte, y que fui más temprano a la U con la esperanza de encontrarte. Y allí estabas, de espaldas en las tienditas, mientras mi corazón daba brincos de alegría.
También recordé los zapatos que utilizaste ese día en el billar, o la libretita de tus apuntes que me mostraste para decirme que escribes al revés. Recordé nuestros rituales para vernos apenas salgamos de clases, y cómo corríamos a nuestras citas. Esas noches en la oscuridad... como se veía tu sonrisa...
Recuerdo el aroma de tu cuerpo ese día... y el chocolate blanco que compartimos apoyados en un árbol... el saltito histórico, las muchas veces que nos botaron del 5° piso, y el angelito que nos advertía. La bola de billar que entró por accidente, la sonrisa de luna, las rosas rojas, el helado de piña, la Fanta, el conejo de chocolate, el agua del Choro, las carreras de autos... tantas, tantas, tantas cosas que vienen a mi mente, en las que tú vives...
Sé que nuestro amor muta a cada ciclo, que no nos amamos de la misma manera que nos amábamos. Pero es por eso que nuestro amor perdura, porque no nos quedamos estancados ahí, porque sabemos que nos espera todavía muchas cosas por vivir.
Hoy te extraño, porque estás lejos, porque no podemos hablar, ni te puedo ver. Pero disfruto de este tiempo para recordarte, vivirte en mi recuerdo, acariciarte en mis sueños...
Así que tarda lo que tengas que tardar, yo estaré esperándote en nuestro universo, deshojando florecitas, mandándole besos a la luna para que te los entregue, saltando de estrella en estrella hasta llegar a tu camita, amándote con todo mi ser, amor de mis vidas...
domingo, 7 de abril de 2013
La cosa
Hoy quisiera escribir sobre algo... pero no sé sobre qué
Las neuronas de mi cerebro no logran hacer sinapsis para crear inspiración
si es que la inspiración puede ser creada...
Hoy siento que debo pensar, reflexionar y hundirme en ese mar de mis pensamientos, sin saber aún lo que encontraré. La cosa está ahí, pero no puedo verla todavía. Y sin poder verla, sentirla ni tocarla, no puedo cuestionarme sobre ella aún, aunque sé de su existencia...
Hoy tengo muchas preguntas, muchas ganas de hacer algo, pero mucha pereza para emprenderlo...
No es así la vida? a uno le da curiosidad miles de cosas, pero la pereza lo hace buscar excusas, válidas o inválidas para dejar pasar la cuestión, y dejar pasar la vida....
Me sigo repitiendo a mí misma lo mucho que disfruto ser joven y estar enamorada, pero... yo también pongo esas excusas para no salir a conocer el mundo que va mas allá de mis ojos...
No sé exactamente sobre qué escribo. No es una cosa en concreto. Como dije, aún no percibí "la cosa" con mis sentidos. Pero sé que algún día lo haré. Si la vida me alcanza...
Y tal vez no me alcance... o tal vez ese día enloquezca... y eso me aterra...
Las neuronas de mi cerebro no logran hacer sinapsis para crear inspiración
si es que la inspiración puede ser creada...
Hoy siento que debo pensar, reflexionar y hundirme en ese mar de mis pensamientos, sin saber aún lo que encontraré. La cosa está ahí, pero no puedo verla todavía. Y sin poder verla, sentirla ni tocarla, no puedo cuestionarme sobre ella aún, aunque sé de su existencia...
Hoy tengo muchas preguntas, muchas ganas de hacer algo, pero mucha pereza para emprenderlo...
No es así la vida? a uno le da curiosidad miles de cosas, pero la pereza lo hace buscar excusas, válidas o inválidas para dejar pasar la cuestión, y dejar pasar la vida....
Me sigo repitiendo a mí misma lo mucho que disfruto ser joven y estar enamorada, pero... yo también pongo esas excusas para no salir a conocer el mundo que va mas allá de mis ojos...
No sé exactamente sobre qué escribo. No es una cosa en concreto. Como dije, aún no percibí "la cosa" con mis sentidos. Pero sé que algún día lo haré. Si la vida me alcanza...
Y tal vez no me alcance... o tal vez ese día enloquezca... y eso me aterra...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)