Una bolita de luz brillaba, queriendo refugiarse en un cálido lugar
encontró una rosa rojita, y se metió allí sin dudarlo
porque era una rosa tan frágil, tan simple y vulnerable
y allí la bolita de luz creció y creció, porque fue alimentada y amada,
fortaleciéndo a la rosa como agradecimiento
Lo que la bolita de luz no sabía era que la rosa rojita tenía espinas...
y cuando lo notó quizo cortárselas, pero éstas seguían creciendo.
Asustada, la bolita de luz no sabía qué hacer,
porque vio como las espinas lastimaban a las personas que la acariciaban.
Pensó entonces en dejar la rosa, por su propio bien y el de ella también.
porque tuvo miedo de que las espinas la volvieran a herir, como alguna vez lo hicieron
Sin embargo, antes de hacerlo habló con la rosa rojita
y entonces se dio cuenta que dejarla no solucionaría nada
que amaba a la rosa y las espinas eran parte de su naturaleza,
que sin ellas la rosa no hubiera sobrevivido y nunca se habrían conocido.
la respuesta no estaba en cortar las espinas, sino mas bien en conocerlas y domarlas
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