Una buena novela literaria es aquella que logra transportarte a su mundo
la que te hace ver a los personajes pintados con palabras
y sentir que los conoces, que compartes sus vivencias, sus sentimientos, sus acciones...
Una vez dentro de aquel mundo del que habla el libro te sientes parte de él
te regocijas ante las buenas noticias y te entristeces al enterarte de las malas
Eres como un observador, impotente, pero muy presente
y... hasta te encariñas con algún personaje
sientes esa ansiedad dentro de tu cuerpo por saber lo que le pasará
te sientes como su protector,
sin realmente hacer nada mas que dejar que el relato siga, mientras pasas los ojos por las palabras,
que no son palabras sino aconteceres y vivencias.
Y si sientes simpatía por algún personaje, es imposible que no llegues a sentir antipatía por quien le hace daño, por aquel que es su antítesis y le pone obstáculos,
por aquel que no necesariamente es un personaje, sino que puede ser una circunstancia o algo que reflexionas como "destino"
y lo llegas a odiar, por lastimar a tu personaje preferido, por hacerle algo malo a aquel a quien llegaste a amar...
Y el final del libro siempre despierta emociones ambivalentes,
quieres saber qué es lo que pasa, pero... al mismo tiempo te da pena acabar esta aventura a la que te transportó
A veces prolongas su lectura para que no llegue tan rápido el momento de despedirse,
otras llega sin que te des cuenta siquiera...
Y a veces te deja sumido en un proceso de duelo, porque se ha terminado algo preciado para ti...
acabas de abandonar el mundo al que te transportó tu adorado libro...
aún cuando lo releas, sabes que el asombro de una primera lectura fue agonizando a medida que te acercabas a las últimas páginas...
Y hay finales de diferentes tipos,
algunos finales te dejan en incertidumbre, dejándote soñar para completar lo que parece incompleto, pero que no podría estar más completo...
también hay finales tristes, y otros que son felices.
Siempre dije que prefiero las historias que tengan finales tristes, que no fuercen las cosas para que todo quede bien
pero... son esos los más desgarradores, los que te dejan con una mano en el corazón, teniendo que decir adiós al que fue momentáneamente tu mundo, sabiendo que no todo terminó bien
a veces incluso el autor es lo bastante cruel para matar a tu personaje preferido en circunstancias inesperadas y...
oh Dios! sientes algo en ti, en tu imaginación, en tu fantasía, en tu ser viajero de libros, que se desgarra...
Qué cruel es el autor que asesina a la persona con quien te encariñaste, a quien observaste y con la que compartiste... y después pone fin a la novela, dejándote con ese luto interno, con esa melancolía tan fuera de este mundo real, que solo los lectores apasionados pueden entender...
Pero cuando tu personaje preferido es feliz, puedes sentir esa satisfacción, esa alegría en tu ser que no se compara con nada, ya que no es lo bastante profunda para compararse con emociones del mundo real, y que sin embargo, te da una sonrisa interna que al principio dices que es por algo inexplicable, pero que, en el fondo sabes que es porque tu protegido está bien, en su propio mundo...
Esos son unos cuantos privilegios que te dan los buenos libros
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