En un rincón de mi ser

Pasan los días, el sol se despide dejando el escenario libre para la luna
y ésta después de acabar su majestuoso acto recibe nuevamente al sol
como una obra de teatro eterna e interminable, hermosa, nostálgica, soñadora...
Y en eso el dolor se aísla en un rincón de mi ser
pero permanece ahí, muy dentro mío,
ya no habla con nadie
solo conmigo
de vez en cuando haciéndome escapar algunas lágrimas...
ya nadie pregunta por él
todos asumen que se ha ido
es lo más cómodo para todos...

A veces soy yo la que invoco a mi dolor
para que salga y me haga llorar
en esos momentos en los que nadie me ve
Lo invoco para que no se disuelva
y me envenene con melancolía
pero... a ratos ya siento cómo ésta me invade...

Hay veces en las que quisiera tener alguien con quien expresarlo
para no tener que ocultarme junto a mi soledad,
para dar rienda suelta a mi dolor,
pero... éste no es para ser compartido con cualquier persona
y el único con quien quisiera desenmascararlo parece haber olvidado la razón del negro de mis ropas...
No lo culpo, yo tampoco soy buena en situaciones de duelo
aunque no sé si alguien en este mundo lo sea...

Tal vez es mejor para todos, incluso para mí
que todo continúe como ahora,
que cuando el sol ceda el escenario a la luna,
y cuando todas las luces artificiales dejen de brillar,
yo me envuelva en mis frazadas a pensar un momento en ella
y gruesas lágrimas corran por mis mejillas silenciosamente
sencillamente, solitariamente
sin tener que dar razones o explicaciones a nadie
ni tener que ponerle palabras a mis emociones
ni tener que justificar mi dolor, porque no es algo para entender, sino solo para sentir
y poco a poco las lágrimas dejarán de correr.

Tal vez sea mejor que todo siga así, que cuando yo te diga que estoy triste, tu sigas guardando silencio
o cambies de tema tratando de sacarme una sonrisa, evadiendo el tema
ignorando mi luto,
porque sé que esa es tu forma de amarme... y yo te amo dándote mi más sincera sonrisa