En el solsticio y la luna llena
Llegó la niña de invierno
empujando por salir
sin encontrar manera de hacerlo,
pasaron 12 horas sin resultado,
concluyendo lo inesperado,
quebrando algunas ilusiones,
pero esperando lo mejor al fin y al cabo.
Cortaron al Fénix
no pudo surgir
no pudo demostrar su heroísmo
tal vez nunca lo tuvo
tal vez solo lo aparentó...
pero las ilusiones quebradas se interrumpieron por su llorar
ella, la niña de invierno había llegado
Lloró el fénix
se consumió poco a poco
de ternura, de cansancio, de amor,
de desesperación por ver a su cría,
de enojo mezclado con dolor...
Y fue el momento ideal para que la oscuridad la cubra...
esa sombra se metió en su espina dorsal, como un parásito
tiñendo su luz, su energía color roja de negro...
fue necesario consumirse completamente en cenizas
fue necesario matar lo que quedaba del fénix
sellar lo que ya nunca volvería a ser igual...
El fénix se consumió toda,
sucumbió ante la oscuridad
y habría quedado en cenizas
de no ser por la luz que la reanimó a reinventarse:
la niña de invierno y el dragón verde.
Todavía sigue renaciendo el fénix rojo
sigue reconstruyéndose poco a poco
con algo de oscuridad ya plasmada en su ser
todavía es muy pronto para decir si esa oscuridad quedará en ella
o si será solo un recuerdo evidenciado en su cicatriz
Solo el tiempo dirá si esa oscuridad será su enemiga
si la consumirá hasta quitarle su esencia
si lentamente apagará su alma
o si se volverá su fortaleza
Solo se sabe que llegó la niña de invierno
y por ella todo vale la pena
que ella es la alegría más grande
fruto del ying y del yang
ella lo es todo, incluso con la oscuridad presente
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