y ese peso que llevaba dentro lo simbolicé en una gran mochila que cargué al Takesi
En dos días de caminata intensa recorrimos maravillosos monumentos de Dios
Ahí, alejada de todo lo cotidiano, del ruido de la ciudad, de las responsabilidades del día a día
ahí donde no importa nada más que caminar
donde el dolor es algo que de segundo plano
donde te vuelves uno solo con la naturaleza y extiendes tus alas para volar...
Ahí fue que hable contigo, querido Dios, y te conté cosas que ya sabías,
te hable de mis miedos, mis deseos, mi arrepentimiento, mi felicidad y mi tristeza
También fue ahí que me permitiste hablar con ella, pedirle perdón por todo, una vez más
y recordarla inmensamente con lágrimas en los ojos que resbalaban por mis mejillas a medida que seguía caminando...
la extrañé más que nunca, pero la sentí a mi lado
sentí su cálido abrazo, y entre el susurro de los cerros escuché su dulce risa
le prometí jamás olvidarla y le pedí jamás dejarme...
entonces sentí cómo el fénix dentro de mí se encendía y resplandecía
Fue también en ese camino que hice en mi mente la lista de 10 cosas que quiero hacer antes de morir
y fue ahí donde acepté mi mortalidad, y me dí cuenta que si Dios decide llevarme, me iría con una sonrisa en mi alma, por haber sido tan feliz en vida
Pero no todo fue fácil ni maravilloso...el fénix chilló como nunca,
desatando su furia irracional, pasional, hormonal...
se estrelló contra el dragón una y otra vez, quien en vez de aplastarla la abrazó
dándole su máxima comprensión, dándole fuerzas, dándole su amor.
Y entonces... ya no quedó nada más para el final del camino
ya todo estaba liberado, ya los demonios habían salido de mí
y fue entonces que con un último aullido el fénix se quemó..
mi espíritu se quebró y mi cuerpo sucumbió ante el fuego,
devolviéndome a la realidad de mi mundo
Pero no volví como la misma persona.
De esas cenizas que quedaron en mi ser, renací
y entonces entendí que debía quemarme y consumirme,
ya todo estaba cumplido y resuelto para ese fénix
era hora de renacer como uno mejorado y rehabilitado.
y con una llama diminuta pero ardiente en mi corazón, volví a mi mundo, renovada, decidida a enfrentar todo lo que vendría, valiente, con más fuerzas que nunca, como una Rojita de Hierro
No hay comentarios:
Publicar un comentario