El génesis de las Lágrimas

Gotas saladas que provienen del alma
y danzan de manera triste y melancólica a lo largo de las mejillas
dibujando un surco que contiene toda una historia,
desembocando a veces suavemente en un pañuelo que trata de ocultarlas,
otras veces en las letras de alguien que escribe,
o en los pedazos de un corazón destrozado...

Gotitas celestiales
primas de la sangre,
tal vez al crearlas Dios quiso que el alma sangre de una manera más especial,
más divina, y así creó a las lágrimas
y las hizo interminables, e indoloras, porque Él sabía lo frágil que sería el alma
y lo necesarias que serían las lágrimas...

Qué dirían las lágrimas si pudieran hablar?
tal vez nos dirían a gritos su propio dolor,
o nos darían un suave consuelo antes de morir ahogadas en las yemas de los dedos.
Tal vez esbozarían una última sonrisa porque se sentirían curadoras
o tal vez se desesperarían ante su impotencia...

Y tal como los copos de nieve, no hay dos lágrimas iguales,
cada una tiene una carga distinta,
una palabra no dicha
una frase escuchada que caló profundamente el alma
un beso de amor no dado,
un orgullo pronunciado,
una empatía hacia el dolor de otro
un hueco en el estómago
un nudo en la garganta,
una despedida...

Y esas lágrimas, que a veces hacen bien, y otras veces hacen mal,
esas lágrimas que derramo, ojalá pudiera besarlas porque nadie más las besará,
ojalá pudiera pedirles perdón,
por haberlas desprendido de su hogar, que es mi alma,
por haberlas derramado pudiendo haberlas contenido si hubiera pensado más fríamente,
si no hubiera expuesto tan crudamente mi corazón
si no hubiera amado tanto...
ojalá pudiera pedirles perdón por no evitar que se suiciden al desbordarse de mis ojos...

Pero ellas conservarán su divinidad, volverán a su origen,
allá donde se originan las almas, formarán parte de otra,
y tal vez permanezcan más tiempo allí, hasta que sean derramadas nuevamente
y se carguen de dolor o... si tienen suerte, de alegría.