1. Nunca es tarde para dar afecto a alguien, ni para pedir perdón y perdonar
2. Las personas que te quieren se quedarán a tu lado, en los buenos y malos momentos
3. A veces basta con relajarse para que todo mejore, y con estresarse para que todo empeore
4. Si hacemos el experimento de dejar de tomar la iniciativa de hablar a alguien, solo las personas a las que realmente les interesas seguirán en contacto contigo
5. Un tiempo para ti mismo nunca es tiempo perdido, por más que no hagas nada trascendental, es tiempo bien invertido porque te estás amando a ti mismo
6. Ten muuuuuucho cuidado con los documentos que firmas y la manera en que manejas la ley
7. Puedes triplicar y hasta quintuplicar tu felicidad si empiezas una cita sonriendo
8. Aléjate de la gente muy complicada y venenosa, pueden serrucharte el piso, sin siquiera darse cuenta
9. Cuida tus palabras, el tono de tu voz y la manera en que lo dices, siempre. Diplomacia ante todo. Cuando tus emociones quieran aprovecharse de ti, solo respira, piensa mil veces antes de decir lo que piensas, y usa millones de eufemismos. Pero no te calles.
10. Cuando las cosas comienzan a ponerse difíciles no tengas miedo, confía en Dios y sigue caminando, al final todo saldrá bien.
EXTRA.- Procura no escribir posts como este, porque parecen salidos de un libro de auto-ayuda jajajajajaja .
FELIZ AÑO NUEVO 2015!!!
Busca en las Ganas de Volar
miércoles, 31 de diciembre de 2014
sábado, 6 de diciembre de 2014
Ave Fénix
El viento resoplaba mientras la oscuridad teñía el pavimento
Caían los meteoros, amenazando provocar un diluvio
Y el Fénix agitaba sus alas, queriendo salvar su vida
y que el frío no apague sus llamas.
Tenía miedo, aún cuando sabía que no estaba solo,
sentía cómo su fuego se apagaba
y cada vez confiaba menos en poder levantar vuelo de nuevo...
El diluvio continuaba, debilitándolo más y más
y por dentro llevaba un pesar que le hacía llorar a solas,
un agujero negro que poco a poco consumía su alma.
Pero aún así el Fénix mantenía la esperanza,
trataba de curar sus heridas con sus propias lágrimas y así poder retomar vuelo.
Algo, o mejor dicho, alguien lo inspiraba, dándole fuerzas... su Dragón,
el yang de su ying
su complemento, su fuente de energía, su amor...
Y aunque el Fénix lo había lastimado al esquivar un meteoro,
sabía que el Dragón era lo bastante divino para entender
Inspirándose en él luchó por sobrevivir, aleteó y aleteó tratando de retomar su vuelo
pero... ya era tarde... las llamas de sus alas eran ya muy tenues.
Y al caer el último meteoro no pudo esquivarlo...
Silencio...
Solo quedaron cenizas del Fénix
y por algún tiempo parecía que era su extinción...
Pero la extinción solo se da ante el olvido
Y su fiel compañero le mantuvo presente en sus sueños
El Dragón, tan imponente, majestuoso y fiel no lo olvidó
y nunca dejó de amarlo.
Sabía que el Fénix tenía su propia lucha
y al ver el último brillo en sus ojos antes de reducirse a cenizas lo amó más que nunca
Fue a ese lugar, y del polvo hizo vida
de su aliento nació la esperanza
haciendo que de las cenizas renazca el Fénix
Era un ave de fuego diferente, con llamas más vivas que nunca
Se sentía mucho más hermoso y feliz, capaz de volar más y más alto
se sentía resplandecer y brillar,
esbozando con el fuego de cada una de sus plumas una sonrisa
que le daba más calidez que nunca
El cielo se había despejado y volaron hacia el amanecer juntos,
el Fénix y el Dragón, triunfantes, en sus diferentes vidas
Caían los meteoros, amenazando provocar un diluvio
Y el Fénix agitaba sus alas, queriendo salvar su vida
y que el frío no apague sus llamas.
Tenía miedo, aún cuando sabía que no estaba solo,
sentía cómo su fuego se apagaba
y cada vez confiaba menos en poder levantar vuelo de nuevo...
El diluvio continuaba, debilitándolo más y más
y por dentro llevaba un pesar que le hacía llorar a solas,
un agujero negro que poco a poco consumía su alma.
Pero aún así el Fénix mantenía la esperanza,
trataba de curar sus heridas con sus propias lágrimas y así poder retomar vuelo.
Algo, o mejor dicho, alguien lo inspiraba, dándole fuerzas... su Dragón,
el yang de su ying
su complemento, su fuente de energía, su amor...
Y aunque el Fénix lo había lastimado al esquivar un meteoro,
sabía que el Dragón era lo bastante divino para entender
Inspirándose en él luchó por sobrevivir, aleteó y aleteó tratando de retomar su vuelo
pero... ya era tarde... las llamas de sus alas eran ya muy tenues.
Y al caer el último meteoro no pudo esquivarlo...
Silencio...
Solo quedaron cenizas del Fénix
y por algún tiempo parecía que era su extinción...
Pero la extinción solo se da ante el olvido
Y su fiel compañero le mantuvo presente en sus sueños
El Dragón, tan imponente, majestuoso y fiel no lo olvidó
y nunca dejó de amarlo.
Sabía que el Fénix tenía su propia lucha
y al ver el último brillo en sus ojos antes de reducirse a cenizas lo amó más que nunca
Fue a ese lugar, y del polvo hizo vida
de su aliento nació la esperanza
haciendo que de las cenizas renazca el Fénix
Era un ave de fuego diferente, con llamas más vivas que nunca
Se sentía mucho más hermoso y feliz, capaz de volar más y más alto
se sentía resplandecer y brillar,
esbozando con el fuego de cada una de sus plumas una sonrisa
que le daba más calidez que nunca
El cielo se había despejado y volaron hacia el amanecer juntos,
el Fénix y el Dragón, triunfantes, en sus diferentes vidas
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